Honrando a mi padre
Un día entendí que un padre enseña con la presencia y también con la ausencia. Mi padre pasó a otro plano cuando yo era una tierna niña. Desde allí crecí creyendo que él no estuvo a mi lado para verme crecer y proveerme del amor, los cuidados, los consejos, el abrazo y la palabra sabia que todo hijo necesita. Ya adulta aprendí y entendí que un padre no puede «no estar» porque es el ser que nos procrea. Y aprendí que somos mitad papá y mitad mamá en nuestro cuerpo biológico, en nuestro ADN. Que si lo reniego me estoy enfadando conmigo misma, que si lo rechazo lo hago conmigo, que si lo amo lo estoy haciendo conmigo. Acepté que no sólo fue mi madre y entorno familiar de mi infancia quienes formaron el ser que soy hoy sino que además de esa herencia genética hay una memoria ancestral…
Ver la entrada original 164 palabras más